El Tribunal Ambiental de Antofagasta realiza la audiencia de conciliación, prueba y alegaciones finales de la causa de la Fundación Mamitas del Plomo con Fisco de Chile, acusándolo de inactividad e incumplimiento de sus obligaciones legales frente a la presencia de arsénico y otros metales pesados provenientes de acopios de plomo en Arica.
La demanda se fundamenta en lo que sería un “grave y significativo daño ambiental” debido a las omisiones en que habrían incurrido distintos organismos públicos en la gestión de depósitos de metales pesados que datan de la década de los 80.
“El daño ambiental que se denuncia, no se hubiese generado, o no con la magnitud y gravedad que existe en la actualidad, si el Estado de Chile, a través de sus órganos de la Administración hubiesen actuado y cumplido con el deber de cuidado de la vida y salud de las personas y de protección y conservación del patrimonio ambiental de la República”, dice el escrito.
Según la organización, a pesar de las evidencias, las autoridades no han implementado medidas efectivas y obligatorias, lo que ha provocado daño ambiental en el sueño y aire, así como en la salud de la población que residía o reside en las cercanías de los depósitos.
“Mamitas del Plomo” asegura que la comunidad afectada, especialmente niños, niñas y adolescentes, presenta patologías asociadas a la contaminación por metales pesados, las cuales han sido confirmadas por análisis médicos. Además, indican que se detectado la presencia de estos contaminantes en zonas que, supuestamente, están bajo medidas de mitigación.
Otro punto que destacan es que el daño ambiental ha persistido durante más de 40 años, lo que habría ocasionado graves afectaciones en la salud de las personas que residían o residen en las cercanías de los depósitos, evidenciado en altos índices de plomo y arsénico tanto en las personas como en el suelo.
Según un estudio de la Asesoría Técnica Parlamentaria preparado en enero de 2019, la contaminación por polimetales de un sector de Arica, se produjo por la presencia en altas concentraciones de plomo y arsénico en suelos, debido a que entre los años 1984 y 1985 las empresas Promel y Bolliden Metal (de Suecia) internaron y depositaron en la comuna más de 20 mil toneladas de desechos tóxicos y metales pesados como arsénico, cadmio. Plomo, mercurio, cobre y zinc. La intención original del proyecto era extraer oro y plata de los residuos.
Los polimetales se depositaron en terrenos del Ministerio de Bienes Nacionales conocido como Sitio F, donde fueron abandonados.