Para marzo de 1880, las acciones militares de la Guerra del Pacífico se concentraban en el sur del Perú. El ejército de Chile había desembarcado en Ilo y Mollendo, y poco a poco alistaba las operaciones para hacerse con el control de la zona de Tacna. Por ello, la idea era evitar que el ejército peruano del sur recibiera pertrechos por mar desde Arica, ya que por tierra la fuerza expedicionaria chilena cortaba el acceso hacia las principales ciudades.
Así, la escuadra chilena se había desplegado ante el entonces puerto peruano aprovechando su superioridad en el mar. En febrero de ese mismo año el reparado monitor Huáscar se sumó al bloqueo, esta vez sirviendo bajo bandera chilena al mando del capitán Manuel Thomson. Pero en un combate ante el monitor peruano Manco Capac (en rigor una batería flotante), al mando de José Sánchez Lagomarsino, el Huáscar resultó dañado y Thomson muerto. Ante la desgracia, fue Carlos Condell, el héroe de Punta Gruesa, quien tomó el mando de la nave.
Desde Callao, se alistó a la corbeta Unión con un envío de pertrechos hacia el puerto. Esta era la misma que había participado en una insólita expedición a Punta Arenas casi al comienzo de la guerra; según Gonzalo Bulnes en su clásico Guerra del Pacífico, se envió ropa, zapatos, medicinas, dos ametralladoras, una lancha torpedo y algo de munición. Pero se debía salvar el escollo del bloqueo que era mantenido por el Huáscar junto al transporte Matías Cousiño.
Así, el comandante de la Unión, capitán de navío Manuel Villavicencio, navegó hasta las inmediaciones de Arica la noche del 16 al 17 de marzo. Antes del amanecer, aprovechando la niebla, logró llegar con la nave hasta el puerto y ordenó el inmediato desembarque del cargamento. La tripulación estaba en eso, cuando al alba el Huáscar y el transporte Matías Cousiño, a cargo del bloqueo, llegaban de un patrullaje desde el sur de la bahía y notaron la sorpresa. “Al instante de fondear divisé a la corbeta peruana Unión dentro de la bahía de Arica”, detalla Condell en su parte.
De inmediato, Condell dio aviso a la escuadra y entró en la bahía para atacar a la Unión, aunque esta fue protegida por los fuertes de Arica y el monitor Manco Capac. Poco después, a las 9 de la mañana, llegaba a la bahía el blindado Cochrane, al mando del Almirante Juan José Latorre, junto al transporte artillado Amazonas. Con esa fuerza, muy superior a la de la Unión, era muy difícil que la corbeta peruana logarse escapar.
En su parte de los hechos, Latorre detalla lo que ocurrió al llegar al puerto. “Hice llamar al comandante del monitor, por quién supe que el buque enemigo había forzado el bloqueo durante la noche. En consecuencia, resolví entrar al puerto, lo que efectuamos a la 1 P.M., haciéndolo el Cochrane por el Norte i (sic) el Huáscar por el Sur. Abiertos los fuegos de parte del enemigo i (sic) de la nuestra a la 1.5 P.M., prosiguieron sin interrupción hasta las 2.50 P.M., en que creí conveniente suspenderlos para renovarlos en mejor oportunidad”.