Familiares y testigos del conscripto Franco Vargas llegaron este martes hasta la Región de Arica y Parinacota para participar -durante la jornada de mañana- en la reconstitución de escena de la fatídica marcha militar del 27 de abril, que terminó con la vida del joven de 19 años y dejó a otros soldados gravemente heridos.
La investigación se originó a partir de las denuncias de jóvenes que se encontraban efectuando el servicio militar en la Brigada Motorizada N° 24 «Huamachuco» del Ejército en Putre, a alrededor de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Fue en este sitio, donde a finales de abril un grupo de conscriptos acusó sufrir tratos crueles durante la instrucción en la zona de Pacollo.
El cuerpo de Vargas ya fue sometido a una autopsia a principios de mayo. Sin embargo, el Ministerio Público solicitó la exhumación de sus restos -que fue autorizado por el Juzgado de Garantía de Arica en julio- para la realización de una segunda autopsia, esta vez aplicando el protocolo de Minnesota, creado por la ONU para indagar muertes de personas bajo custodia del Estado.